Entrevista a Yolanda Fuentes, coordinadora de Podología


“Procuramos que los recortes tengan el menor impacto posible en la calidad de la enseñanza”

¿Debería tener más cabida la Podología en el ámbito de la sanidad pública? ¿Cómo afectan los recortes? ¿Qué futuro profesional le espera a un estudiante de Podología? ¿Acudimos al especialista de los pies lo suficiente? A estas y a otras preguntas nos ha respondido Yolanda Fuentes, la coordinadora de la Titulación de Podología en nuestra facultad.

 

¿Qué tiene de distintivo el Grado de Podología en la Universidad Complutense?

Lo más destacado del Grado de Podología de la UCM frente al de otras universidades es, sin duda, su Clínica Universitaria de Podología, en la que los alumnos realizan íntegramente sus prácticas.

Dicha clínica, por sus características y dotación, está considerada como uno de los centros de referencia asistencial e investigador a nivel nacional y europeo. Alberga más de 24.000 consultas anuales, lo que permite que nuestro alumnado pueda realizar unas prácticas de gran calidad. Cuenta con cuatro servicios clínicos por los que rotan todos los alumnos: Servicio de Patología y Ortopedia, Servicio de Quiropodología y Cirugía Podológica, Servicios Centrales y la Unidad de Pie Diabético.

¿Por qué recomendarías a los futuros estudiantes hacerlo aquí?

La Complutense es una universidad pública que tiene una gran solidez, al impartir estudios de Podología desde 1962. Proporciona una formación de alta calidad, impartida por profesorado de reconocido prestigio, dispone de muy buenas instalaciones para realizar sus prácticas clínicas y la formación se realiza en grupos reducidos, lo que permite una formación mucho más personalizada que en otros centros.

La Clínica Universitaria de Podología cuenta además con el programa de formación postgraduada de ‘Podólogo Interno Residente (PIR)’, desarrollado en el marco de las becas de colaboración de la Universidad Complutense de Madrid. Este programa consiste en estancias clínicas de un año con posibilidad de prórroga de otro año. Los PIR desarrollan labores asistenciales, de apoyo docente a los alumnos del Grado de Podología e investigadora en el marco de las líneas de investigación departamental ligadas a la Clínica Universitaria de Podología.

Este sistema de formación a través de becas es un programa pionero, del que sólo la UCM dispone. Es un programa muy interesante que cada vez más podólogos de otras localidades fuera de Madrid demandan. La relevancia del mismo es tal, que muchos profesores de otras universidades de Podología son antiguos alumnos de la UCM y se han formado con este programa de residencia.

¿En qué ha empeorado o mejorado el Plan Bolonia a la titulación de Podología?

La trasformación de estudios de Diplomado a Grado ha permitido el acceso directo a los estudios de doctorado, tras realizar estudios de máster (60 créditos). Antes, si se quería optar al grado de doctor, se tenía que cursar otra titulación de segundo ciclo. Con los estudios de Grado se han ampliado la duración, el número y tipo de créditos.

La metodología didáctica del Plan Bolonia implica una evaluación del aprendizaje de manera continua, basándose en la adquisición de competencias, en donde se valora mucho más todo el trabajo del estudiante. Permite evaluar no sólo los conocimientos, sino también las habilidades y actitudes que ha de tener el profesional de Podología.

¿Ha bajado el número de matriculados con la crisis o hay mucha demanda?

En nuestro caso, el número de solicitudes es similar al de otros años. No hemos notado una diferencia importante.

¿En qué aspectos concretos han influido los recortes en el ámbito universitario?

Los recortes se han notado fundamentalmente en el personal, en la renovación de las instalaciones, en la disposición de medios... No obstante, el Centro procura que tengan el menor impacto posible en la calidad de la enseñanza de nuestros alumnos.

Cuéntame las cualidades que ha de tener un buen podólogo.

Debe ser un profesional con los conocimientos, destrezas y aptitudes necesarias para la realización de las actividades dirigidas a la prevención, diagnóstico y tratamiento de las afecciones y deformidades de los pies, mediante procedimientos terapéuticos podológicos.

La normativa vigente le faculta, entre otros aspectos, a recibir directamente al paciente, hacer uso y dirigir, de manera autónoma, instalaciones de radiodiagnóstico y ser prescriptores tanto en el área ortoprótesica como en la prescripción de fármacos, dentro de su área de actuación.

Los entornos son variados, desde una podología general a una podología especializada en la infancia, en el anciano, en el deportista, en el pie de riesgo…

El podólogo como personal sanitario que es, en su relación con el paciente debe garantizar tanto su seguridad, como su confidencialidad y debe abordar de la mejor manera posible, tanto la esfera emocional del paciente como su actuación terapéutica y preventiva.

¿La gente acude a la consulta lo suficiente?

No todo lo que sería deseable. Hay poca conciencia por parte de la población de la necesidad de revisar sus pies. Gran parte de los pacientes acuden al podólogo cuando ya tienen el problema y pocas veces lo hacen a nivel preventivo.

La realidad es que los pies son los grandes olvidados, a pesar de que sin ellos no podríamos realizar muchas de las actividades de nuestra vida diaria. Un ejemplo claro es que, no en pocas ocasiones, y sobre todo en la población femenina, se antepone la estética de un calzado a la salud del propio pie.

¿Qué futuro le espera a un recién graduado en Podología? ¿Qué oportunidades de trabajo existen en España?

En tiempos de crisis todo tiene sus dificultades. La salida profesional más tradicional del Podólogo es estableciéndose por cuenta propia como una profesión liberal a través de consultas privadas, pero cada vez más se le ve incorporado en otros entornos como son las unidades de pie diabético (de centros hospitalarios y otros centros asistenciales), los centros de la tercera edad, empresas deportivas, la industria del calzado...

¿Qué otros países son más proclives a recoger podólogos españoles? ¿Están bien valorados los podólogos españoles fuera?

Los podólogos no se desplazan tanto como nuestros compañeros enfermeros o fisioterapeutas, los cuales realizan su actividad profesional principalmente en centros públicos.

En la Podología a nivel europeo no existe una homogeneidad de estudios, existe mucha disparidad en la duración de los mismos, en sus contenidos curriculares, e incluso en algunos países europeos la podología no es una titulación universitaria.

La formación de los podólogos españoles se encuentra a la cabeza de sus homólogos europeos, y de hecho, países como Portugal o Italia eligieron los estudios de podología españoles como referencia para desarrollar o modificar sus programas de formación, en el proceso de adaptación del Plan Bolonia.

El hecho de que el podólogo se mueve en un ámbito fundamentalmente privado es uno de los principales motivos por los cuales existe menor movilidad.

En general el podólogo español tiene como referente para su crecimiento curricular y por ende profesional al podiatra norteamericano, por lo que cuando busca una formación internacional tiende a apoyarse más en esta formación estadounidense que en la europea.

¿Crees que el ámbito de la podología debería “desprivatizarse”?

No sé si debería desprivatizarse o no, la realidad es que el podólogo puede aportar muchísimo en el ámbito de la sanidad pública, proporcionando cuidados específicos y mejorando la calidad de vida de los pacientes. Una mayor presencia en la sanidad pública facilitaría el acceso de este servicio a una mayor población que está necesitada de cuidados del pie, y que muchas veces no acude a ellos por falta de recursos económicos.

El incorporarnos al sistema público facilitaría un mayor conocimiento de la podología por parte de la población, y se evidenciaría la calidad en la atención preventiva y terapéutica de la salud del pie que puede ofrecer el podólogo como especialista del pie.

Por Alberto Barranco


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