Entrevista a Patricia Martín, coordinadora de Fisioterapia


“El trato tan directo con el paciente es lo más gratificante de la profesión”

Patricia Martín Casas es la coordinadora del Consejo de Titulación de Fisioterapia en nuestra facultad. Con ella charlamos acerca de las ventajas que ofrece estudiar Fisioterapia en la Universidad Complutense, así como de sus salidas profesionales. A Martín le preocupa que los recién graduados se marchen masivamente a Francia, aunque admite que la fisioterapia tiene un reconocimiento social superior en el país galo.

¿Qué diferencia marca el grado de Fisioterapia de la Complutense?

Su apuesta por la calidad, que tiene como signo más relevante conservar un número reducido de alumnos (actualmente 60 plazas).  Ello va acompañado de una revisión muy exhaustiva del plan de estudios y una adaptación de las competencias profesionales del fisioterapeuta de hoy en día, que es diferente al de hace diez años. Una apuesta por que el aprendizaje abarque no solo los conocimientos,  sino también las habilidades y las actitudes que ha de tener un profesional de la Fisioterapia.

¿Por qué es distinto un fisioterapeuta actual?

El nuevo plan de estudios ha dado un vuelco importantísimo a la profesión. Se ha pasado de tener unas competencias genéricas a otras mucho más definidas. La antigua ley simplificaba nuestra labor en prevenir, tratar y rehabilitar con medios físicos.  Esa es la idea clásica del fisioterapeuta, pero ahora hay un abanico legal más amplio, reconociéndose nuestra valoración en el diagnóstico, planteamiento de un tratamiento, participación en cuidados paliativos del enfermo terminal, así como todas aquellas técnicas específicas de la profesión. Había que adaptar la formación a esa nueva realidad legal. Hay aspectos que antes se incluían en los estudios de posgrado y que ahora se estudian en el propio grado.

¿Por qué recomendarías a los futuros estudiantes que escogieran esta facultad?

Por su amplia experiencia y bagaje en la impartición de los estudios. Dan clases los mejores de cada área, y eso no siempre es así. Hay muchas prácticas en salas, laboratorios, simulaciones o centros hospitalarios. Sus profesores tienen un gran potencial  y los centros asociados son toda una referencia en la Comunidad de Madrid.

¿Preparáis a los alumnos de cara a la relación personal con los pacientes?

Sí, estamos haciendo un gran esfuerzo en ello. Esas llamadas ‘competencias transversales’ a veces quedan muy desdibujadas, pero son imprescindibles para cualquier personal sanitario. En concreto, tenemos una asignatura de Psicología que les prepara muy bien en ese aspecto, así como en las prácticas en centros y hospitales, donde nos fijamos mucho en esa materia.

La crisis no ha influido en el número de matriculados, dado que está restringido…

Así es. Actualmente hay una demanda de un 400%, una de las más altas de la Universidad Complutense.

¿Qué labores lleváis a cabo en el terreno de la investigación?

El plan Bolonia, que también tiene sus aspectos negativos, ha mejorado sustancialmente la situación de los investigadores de Fisioterapia. Antes, para acceder a un doctorado se requería realizar un segundo ciclo de otra carrera universitaria. Ahora se accede a él a través de un máster de investigación. Desde hace años ya están saliendo los primeros doctores, que están generando interesantes líneas de investigación también en nuestra facultad.

¿Cuál es el futuro que le espera a un graduado en Fisioterapia en España?

Dada la situación, hemos de decir que sigue habiendo trabajo aunque las oportunidades están más ligadas a campos muy concretos. En centros generalistas, sobre todo en los de ámbito público, es muy complicado entrar. Hay campos emergentes como la fisioterapia respiratoria, uroginecológica o neurológica que ofrecen nuevas salidas profesionales  a tener en cuenta.

¿Qué opina de la fuga de cerebros de fisioterapeutas a otros países?

Es preocupante. Se están marchando casi promociones enteras a Francia. Allí la fisioterapia está mucho más integrada dentro de la cultura sanitaria. En cualquier hospital generalista encuentras varios profesionales de la fisioterapia, por lo que la oferta pública es mucho más amplia que aquí. El sistema sanitario francés es diferente, ya que al acudir a una clínica privada de Fisioterapia hay parte que te la cubre el seguro público. Ello ha hecho que surjan muchas más clínicas que en nuestro país.

Hay muchas personas que solo acuden al fisioterapeuta cuando tienen una molestia. ¿No hay cultura de la prevención en España?

No, aunque no es un problema solo de nuestra área, sino general. En España la fisioterapia está ligada al ámbito del negocio privado, y ello lastra mucho que la gente acuda más a la consulta, pues supone un desembolso económico.

¿Cuál es la parte más gratificante de la profesión?

Sin duda, el trato con el paciente tan directo y personal, así como los pocos medios que se necesitan para mejorarle. Un fisioterapeuta solo requiere de una camilla para cambiar a los individuos, al margen de sus habilidades.

También habrá cosas negativas…

El hecho de que sea una disciplina tan joven hace que esté continuamente en evolución. Ello conlleva que estemos siempre de cursos y jornadas. Tienes que dedicar gran parte de tu tiempo libre y tu vida personal a actualizar esos conocimientos. Eso sin contar el gasto que suponen los cursos. Además, la relación tan intensa con el paciente y su familia a veces supone una carga emocional muy fuerte. Es un trabajo físico, pero con mucho contenido emocional, y puede llegar a agotar. Sin embargo, creo que pesa más lo positivo.

Por Alberto Barranco