Entrevista a Paloma Fernández y Mª José Díaz, Secretarias del Decano


“No somos secretarias al uso, tenemos más competencias”

Discreción y experiencia. Son los dos rasgos que mejor definen a Paloma y María José, las secretarias del decano de la facultad, Enrique Pacheco. Pero ellas no son secretarias como las demás, sino que llevan a cabo una labor de mayor calado en la ajetreada oficina donde se tejen los hilos más importantes de la vida del centro.

¿Cómo es el día a día de una secretaría?

El trabajo de una secretaria de Decanato consiste, teóricamente, en coger el teléfono para dar citas y organizar la agenda del decano. Pero en esta secretaría somos multidisciplinares y hacemos muchas actividades. Elaboramos las bases de datos de los profesores, así como la organización de los Erasmus, doctorados, graduaciones y proyectos de Investigación. Tenemos más competencias de las que nos corresponden.

Imagino que tenéis acceso a datos confidenciales…

Podríamos decirlo así. Sabemos cosas que en otros departamentos desconocen. Es una gran responsabilidad, pero lo llevamos bien porque hay muy buen ambiente.  No nos asustamos.

¿Es un trabajo estresante?

Tener tanta responsabilidad nos crea cierta ansiedad. Hay veces que no llegamos y tenemos que esforzarnos mucho. Es un trabajo nada rutinario, pero que genera un poco de estrés. No obstante, el buen ambiente de trabajo nos ayuda a combatirlo.

¿Qué cualidades debe tener un buen secretario?

Lo más importante es que sea una persona discreta, ya que oyes y lees cosas que no puedes comentárselas a absolutamente nadie. Es un puesto de absoluta confianza. Al margen de eso,  tienes que controlar de informática y manejarte en varios idiomas. Los secretarios jóvenes pueden tener una mayor formación teórica, pero en este trabajo la experiencia es un grado.

¿Hay que ir actualizando los conocimientos para adaptarse a los nuevos tiempos?

Sí, tenemos que hacer cursos de manera más o menos continuada.  Eso nos supone un esfuerzo añadido, sacrificando a veces parte de nuestro tiempo libre, aunque la propia universidad también nos ofrece cursos de formación. Los más jóvenes nos enseñan muchas cosas de Informática, por ejemplo.

Es un puesto de trabajo poco común entre la población masculina. ¿Por qué?

Los hombres piensan que no es un trabajo para ellos, pero eso es un error. Quizás las empresas consideran que las mujeres tienen una sensibilidad y un trato con el público más cercano. De todos modos, eso va cambiando poco a poco. Últimamente se ven más secretarios, y el futuro pasará porque se vayan rompiendo esos tópicos sexuales.

¿Cómo afecta la crisis a este sector?

Nos afecta muchísimo. Ya nos han bajado el sueldo, y vivimos con el miedo de que nos lo vuelvan a bajar en cualquier momento. Además, esta crisis ha agudizado la mala imagen que tiene la gente de los funcionarios. Parece que todos somos unos vagos, pero nos molesta que se generalice. Hay gente poco trabajadora en todos los sectores. En España siempre vamos en contra nuestra, machacando en exceso al que lo hace mal, mientras que el que lo hace bien se queda en la sombra.

¿Qué es lo mejor y lo peor de trabajar en un organismo público?

Lo mejor es la seguridad laboral. Por una parte eso es bueno, pero también puede resultar monótono.  En una empresa privada quizás te marquen más las pautas, pero aquí te tienes que exigir a ti mismo.

Por Alberto Barranco