Entrevista a Juan Ramón Méndez, profesor jubilado


"La enseñanza me ha ayudado a sentirme útil en la sociedad"

JUBILEO

Tras toda una vida ligada a la psiquiatría y a la docencia en Enfermería, el profesor Juan Ramón Méndez se jubila y se despide de la Facultad. Pero antes de ello, ha querido charlar con nosotros acerca de su experiencia y su manera de entender la psiquiatría.

¿Cómo decidió entrar en el mundo de la psiquiatría?

Yo estudié Medicina por el interés que tenía en los problemas de salud, especialmente las enfermedades mentales. Es un campo muy profuso y complejo, aún hoy sigue esa ‘magia’ en torno a parapsicología, pero que me atrae.

¿En qué momento determinó ligarlo con la Enfermería?

Desde mis prácticas en la carrera me fascinó el trabajo de las enfermeras, pues llevan el peso específico de la asistencia del paciente. Las enfermeras de entonces eran menos y tenían que tratar a muchos más pacientes. Su voluntad, esfuerzo y entrega me llamó siempre la atención. Entendí que la medicina nunca funcionaría sin la enfermería.

Por eso, siendo ya residente de la especialidad de psiquiatría comencé a impartir clases en la Escuela de ATS del Hospital Clínico San Carlos, intentando unir ambos campos.

¿En qué ha cambiado el mundo de la docencia en Enfermería?

Ha cambiado para bien, indudablemente. Lo que ocurre es que para que algo evolucione a veces hay que dar algún paso atrás. Los profesionales de mi época universitaria eran muy vocacionales y tenían una gran praxis. Los de ahora también lo son, pero de manera diferente. El tesón de esos enfermeros fue evolucionando hasta que consiguieron que se les reconociera como titulados universitarios. La diplomatura ha ido creciendo de manera transversal, se han ido creando nuevas estructuras con la llegada de Bolonia.

¿Qué ha intentado inculcar estos años a sus alumnos?

En primer lugar, el conocimiento teórico de lo que puede ser patológico. Sobre todo me interesa que los estudiantes comprendan que el campo de la psiquiatría está presente en otras ramas de la salud. Cuando un individuo se fractura la pelvis entran en juego cuestiones mentales, pues a ese hombre le puede cambiar la vida. Hay que analizar más allá de lo patológico.

¿Qué valoración hace de su experiencia docente?

Estoy satisfecho. Creo haber fallado poco y he tratado de hacer las cosas de manera entendible. La enseñanza me ha ayudado a sentirme útil en la sociedad.

¿Cree haber despertado el interés de los estudiantes de Enfermería por la salud mental?

Eso es muy complicado, toda la vida me he encontrado con dificultades para ello. Recuerdo que hace un tiempo pregunté a mis alumnos de la especialidad psiquiátrica del Hospital Clínico que cuántos querían trabajar en este campo y solo respondieron dos personas. Y eso que ellos estaban haciendo la especialidad… Pero lo entiendo, es un mundo complejo, poco técnico, los efectos del trabajo realizado no son visibles a corto plazo. Es más fácil frustrarse al no ver resultados. Al final es gratificante, pero con el paso del tiempo.

¿Qué futuro le espera a la profesión con los nuevos cambios legislativos?

Tengo dudas al respecto. Creo que el hecho de poder ser doctor en Enfermería es un avance necesario, pero habrá que fijar mejor las diferencias entre cuidar y tratar. En el campo de la sanidad ya existen como 18  profesiones en escena, y no sé cómo se van a relacionar entre ellas dentro de unos años. ¿Después de un máster en Enfermería habrá que hacer especialidades? ¿El máster será la especialidad? ¿Tanto conocimiento es necesario? ¿Hay que eliminar el máster o la especialidad? ¿Qué demandará el ciudadano? No son problemas importantes, pero están ahí.

¿La rama de la psiquiatría tiene muchas salidas laborales?

Las debería tener, pues hay muchas patologías y el campo de actuación es inmenso. Sin embargo, no hay tantos puestos de trabajo porque la sociedad está equivocada con la salud mental, no hay conciencia de que hacen falta auténticos profesionales para tratar al enfermo. Todo el mundo opina sobre las depresiones y la manera de tratarlas, por ejemplo. La enfermedad mental no es tan simple como en muchos lugares se puede entender. Incluso damos por normales conductas que son patológicas, como la adicción al tabaco o al alcohol. Espero que esa situación vaya cambiando.

Por Alberto Barranco